Hoy en día la Odontología Restauradora Estética, más que una especialidad, se ha convertido en una necesidad para el dentista general por la gran demanda estética por parte de nuestros pacientes, así como por la implementación de técnicas mínimamente invasivas, siendo imprescindible un correcto diagnóstico y planificación de cada caso que nos viene a nuestra clínica, de forma individualizada. Para ello es necesario conocer un protocolo de fotografía y video, que junto con una correcta historia clínica, exploración y estudio de modelos montados en articulador, nos va a permitir realizar un plan de tratamiento facialmente guiado, de forma que vamos a poder realizar un encerado diagnóstico o simplemente hacer más fluida la comunicación con nuestro técnico de laboratorio y con ello ser más predecible en nuestros tratamientos, puesto que toda preparación va a ser protésicamente guiado.

A parte de la planificación es fundamental el conocimiento de los materiales y técnicas, tanto directas, como indirectas. Se hace primordial conocer los principios de la adhesión y las técnicas de aislamiento, como también la estratificación directa de composites y su terminación y pulido y la toma de impresiones y protocolo de adhesión de cementación.

Por último, en pleno siglo XXI, no se puede hacer un curso de Odontología Restauradora, como en cualquier rama de la Odontología, sin hacer un hueco a las nuevas tecnologías y su cada vez uso más cotidiano, entrando dentro del mundo de la toma de impresión mediante escáneres intraorales, nuevos materiales y tecnología CAD/CAM entre otros.

Por todo esto, por los paciente y los profesionales, es necesario acercar al dentista general, recién terminado o que quiere actualizarse un protocolo de trabajo, tanto diagnóstico como rehabilitador, para acercarse, de forma más predecible, a la excelencia.