La energía minieólica, además de reducir la dependencia energética de un país, permite a su sistema energético evolucionar hacia un modelo de generación distribuida en el que los ciudadanos puedan convertirse en generadores de su propia energía eléctrica.

Las características de esta tecnología la hacen especialmente indicada para la integración arquitectónica, por lo que tejados de viviendas, naves industriales, instalaciones agrícolas o centros comerciales pueden ser aprovechados para esta generación eléctrica renovable.

A lo largo de los cinco últimos años el sector ha dedicado grandes esfuerzos para conseguir la aprobación de un decreto que regulase la generación mediante minieólica. El Plan de Energías Renovables 2011-2020 recoge, por primera vez, objetivos específicos de energía eólica de pequeña potencia. Las recientes regulaciones al respecto van a permitir un desarrollo ordenado y racional de esta tecnología, cambiando importaciones energéticas por empleo nacional que va a permitir aprovechar la energía del viento a una escala más racional para su utilización directa por parte de la ciudadanía, esto va a impulsar un sector que desarrollará un entramado empresarial de fabricantes e instaladores revitalizando, de forma efectiva, el empleo local.

Los 300 megavatios de minieólica, marcados como objetivo para 2020, así como los nuevos objetivos de energías renovables fijados por la Unión Europea para 2030, impulsarán el desarrollo del autoconsumo energético para administraciones públicas, empresas y particulares, ubicados en entornos urbanos, semi-urbanos, industriales y agrícolas, a la vez que se conforma una cadena de valor que dará trabajo a más de 15.000 personas. Este curso pretende contribuir de manera significativa a la consecución de ese objetivo.