Avanzar hacia la Inteligencia de Negocio (o Business Intelligence) exige aprovechar al máximo el potencial de las herramientas informáticas; de ahí que las empresas más vanguardistas comenzasen pronto a utilizar todo tipo de softwares pensados, específicamente, para favorecer una mejor gestión de sus recursos fabriles y empresariales. Esto exigía estudiar a fondo los aspectos operacionales, puesto que solamente de este modo era factible mejorar los tiempos de fabricación y respuesta a la demanda, sin que ello supusiese un incremento de costes; más bien al contrario: el conocimiento compartido permitía evitar la duplicidad de los procesos y, con ello, el ahorro.

Ligados a estos sistemas, surgieron otros cuya atención se centraba en la obtención y almacenamiento de datos relativos a la demanda. Así, desde sus albores, los CRM (Customer Relationship Management) buscaron descubrir las necesidades del consumidor final, a fin de satisfacer las expectativas más exigentes, anticiparse a las previsibles demandas y, con ello, fidelizar a su clientela. Su potencial, por tanto, es inmenso, tal y como descubrirá el alumnado a medida que avance en la materia de este curso, a partir del que verá que, atendiendo a las necesidades específicas de cada área a mejorar, es factible identificar cuestiones estratégicamente prioritarias y afrontarlas con prontitud, de cara a obtener beneficios de forma prácticamente inmediata.