Uno de los pilares de la mirada Montessori respecto al desarrollo en la etapa de 0 a 3 años es la confianza en las potencialidades innatas de los niños. Como adultos, influimos en su desarrollo repitiendo modos de hacer sin reflexión previa.

• ¿Qué pautas podemos seguir para favorecer su autonomía?
• ¿Cuándo intervenir y cómo actuar?

Favorecer su autonomía física durante los primeros años de vida contribuirá a la autonomía intelectual que desarrollará en su niñez y fortalecerá su autonomía moral en la juventud. Las actividades de la vida cotidiana durante esta etapa permitirán el desarrollo de su inteligencia.

• ¿Debemos comprar materiales Montessori o podemos usar objetos cotidianos?
• ¿Qué objetos deben estar presentes en su ambiente?

La adquisición de movimientos autónomos y el desarrollo motriz pleno se ve beneficiado por el diseño del ambiente junto con una vestimenta adecuada. Nuestras costumbres deben contribuir a crear un ambiente alfabetizador rico y estimulante para el desarrollo del lenguaje.

• ¿Cómo promovemos la lectura? ¿Qué criterios debemos seguir?
• ¿Cómo enriquecemos su oralidad?

La autonomía favorece:

• La seguridad en sí mismo.
• La confianza con el mundo que le rodea.
• La motivación ante nuevos retos.

La Dra. Montessori considera que los niños tienen la capacidad de construirse a sí mismos gracias a la gran capacidad de absorción de su mente. Fomentar la autonomía física, moral e intelectual es un proceso progresivo que se lleva a cabo desde el nacimiento en el que es necesario:

• El orden y la orientación con el espacio.
• La exploración.
• La manipulación y la actividad.
• La repetición.

Para favorecer la libertad y la independencia de los niños es necesario:

• Un entorno a explorar libremente.
• Un ambiente de confianza, afecto y cercanía.
• Actividades que estimulen sus sentidos.

Construir un ambiente idóneo y propicio a la libertad de movimiento permite a nuestros hijos experimentar su entorno físico y mejorar el dominio de su cuerpo. Como adultos no debemos fijar unos límites.

El curso ofrece las herramientas precisas para el diseño de actividades y las directrices necesarias para integrarlas en nuestra vida diaria, tanto en casa como en las actividades realizadas al aire libre.

¿Cuándo es oportuna nuestra ayuda? ¿Qué puede hacer solo? Normalmente los adultos acostumbramos a intervenir de manera automática, impidiendo el desarrollo autónomo del niño/a.

Por ese motivo, debemos tener en cuenta:

• La observación.
• La seguridad.
• Permitir errores.
• Las rutinas.

Hacer partícipes a los niños de nuestras actividades cotidianas en el hogar y el aula permitirá mejorar su autonomía y seguridad. Además, fomentaremos estas aptitudes ideando actividades que tengan en cuenta:

• El contacto con seres vivos.
• La diversidad de materiales.
• La mejora de sus capacidades tanto físicas como psíquicas.