La convivencia se ha visto modificada, esto puede estar llevando a la familia, la pareja y a las personas en particular, tanto en su ambiente laboral como familiar, a relaciones no acostumbradas. En muchos de estos casos se genera una oportunidad de reencuentro, de unión, de un compartir saludable para la familia en general. En otros casos, se presentan situaciones nuevas donde las personas posiblemente no se encuentren bien preparadas para su manejo, lo que puede llevar a relaciones conflictivas que, dependiendo de la manera cómo se manejen, pueden afianzar los lazos afectivos o, por el contrario, generar una relación dura, pesada y sin posibilidad de que fluya óptimamente.

La programación neurolingüística y la inteligencia emocional renuevan la manera de percibir y abordar las relaciones, es así como facilitan herramientas que, desde la narrativa conversacional, permiten que los conflictos se reconfiguren como apalancamientos hacia mejores posibilidades de relación.